La comida a domicilio ya no es una alternativa puntual: es el presente (y futuro) de la restauración. Lo que empezó como un salvavidas en pandemia hoy es una industria valorada en más de 222.000 millones de dólares. Y apunta a duplicar su tamaño en menos de 10 años.
Antes del 2020, pedir comida a casa era sinónimo de pizza, burger o asiática. Hoy, incluso restaurantes de alta gama se han rendido ante el poder del delivery. El caso de Dabiz Muñoz con El GoXO en Glovo no es una excepción, sino un síntoma de lo que viene.
Y viene fuerte.
Tabla de contenidos
¿Por qué el delivery ha conquistado el sector?
Cambios en los hábitos de consumo
Antes se comía fuera por placer, ahora se pide por conveniencia. Incluso antes del COVID-19, el delivery ya crecía al doble de velocidad que la restauración tradicional. La pandemia solo aceleró lo inevitable.
En 2032, se espera que el mercado global del delivery supere los 494.000 millones de dólares. Las nuevas generaciones priorizan apps antes que salir de casa. Y los restaurantes que no se adapten, se quedarán atrás.
Las tecnologías que están redefiniendo el delivery
Dark Kitchens: capacidad y rentabilidad sin sala
Las Dark Kitchens han revolucionado la operativa. Permiten a los restaurantes ampliar pedidos, reducir costes y llegar a nuevas zonas sin necesidad de abrir nuevos locales.
Son cocinas sin sala, enfocadas 100% al reparto, que permiten optimizar recursos y maximizar beneficios. Una solución ideal para escalar sin morir en el intento.
Marcas virtuales: el nuevo campo de batalla digital
¿Tienes una cocina? Entonces puedes tener dos, tres o más marcas virtuales activas en las apps de delivery.
Las Virtual Brands te permiten multiplicar tu presencia en plataformas como Uber Eats o Glovo, usando el mismo equipo e inventario. Imagina: una marca para tacos y otra para burgers. Un concepto diferente, un packaging nuevo, mismo local. Rentabilidad en estado puro.
Y lo mejor: son exclusivas del canal online. Los consumidores lo saben y lo valoran. Compran donde no pueden ir físicamente. Y repiten.
¿Y si el delivery no es rentable? Llega el modelo D2C
Sí, las comisiones de las apps pueden ser un lastre. Pero existen alternativas. El modelo D2C (Direct-to-Consumer) permite a los restaurantes gestionar su propio ecommerce y su propia red logística.
Esto implica:
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Conocer mejor al cliente.
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Reducir costes por pedido.
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Construir una relación directa.
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Aumentar márgenes y fidelidad.
Además, gracias a la logística de terceros, puedes mantener el control del reparto sin tener flota propia ni pagar un 30% de comisión.
Conclusión: El futuro del delivery es ahora
La revolución ya no está en marcha: está en plena ebullición. Las marcas que entiendan el juego —y jueguen con estrategia— dominarán el mercado.
En unos años, pedir comida será más fácil (y barato) que hacer la compra. Y quienes lideren esta transición serán los grandes ganadores.